Me ponga como me ponga, me entre lo que me entre, este año no pienso ir a las rebajas. Mi estrategia va a ser esperar a los últimos días porque me da a mí, que, tal como están los precios y la economia, seguro q las ofertas de última hora serán: Españoles: entrad aquí que se lo regalamos todo. Y todo es todo.
Y además dada mi experiencia de años previos, soy de las que salgo a comprarme un pijamita y acabo con media colección de “Nueva Temporada”, que está todo mucho más ordenado , huele mejor y de la que se te van los ojos hacia ella. Lo hacen a posta para que ya te mueras allí de un infarto.
Si, la que te colocan tan apetecible al lado de la ropa arrumbada cual zafarrancho de combate, que si las nuevas sandalias ideales, que si los vestiditos de tirantes, que si no se que de la “Colección crucero”, “Avance Primavera “me ponen al lado de las trencas descoloridas de hace dos temporadas, que si esto está al 70% lo otro vale 170€ como mínimo, neuromarketing que lo llaman, le dan al consumidor lo que quiere, y lo consiguen: Estrés.
Asi que el otro día tenía Reyes a devolver ( los de mi suegra, como no), que con el empacho de las navidades tengo las tallas revolucionadas, que ya no sé si soy campana, embudo, cilindro o rombo o todo lo anterior. En fin, un sin vivir. Asi que como estaba que ni fú ni fá, me planté allí, en unos Grandes Almacenes, y lo llego a saber y me voy vestida de jugadora de rugby, que parecía aquello un simulacro del hundimiento del» Titanic», empujones, pisadas y desquiciamiento general .Y es que la gente en las rebajas se vuelve como en las barras libres: ansiosas, son los efectos del consumismo desenfrenado. Qué asco de gente.
Yo no soy asi. Yo lo hago por lo bajini. “Uy que cosas tan horteras”, le digo a la cara a la señora de al lado que me perdona la vida cuando le pregunto si se va a quedar la talla de la falda que tiene en la mano y que yo necesito. Y el jersey rojo bermellón cuello cisne que tiene el de al lado en las manos es eso: horroroso, pero basta para que él lo haya visto antes para que desarrolles tu lado sicótico asesino a lo “American Psycho” y desees que se arrepienta y sea tuyo, asi que le sueltas:” Es horrible, no te favorece nada ,te hace mala cara”. Y es tuyo. Y lo peor es que cuando sabes que ya es tuyo, lo ves más horrible aun: es la codicia.
Y es que las excusas para justificarte ir de rebajas lo que hacen es empeorar más la situación: la peña va a comprar en masa no por necesidad, sino por diversión: estoy aburrida, me voy de rebajas; mañana no voy a trabajar, estoy enferma, voy al médico y de camino a las rebajas; estoy deprimida, me voy de rebajas; estaba borracha y me fui de rebajas… y asi nos compramos las gilipolleces que nos compramos sin mesura. Tienes de todo pero te sigue faltando algo, como en las relaciones. Si es que ya lo digo, los estilistas y el pilerio nos tienen dominadas, te compras eso si te queda bien, y si no, pues también.
Y asi vine de vuelta el otro día, no tenía pensado comprar nada y me compre de todo, seguro que me quiero comprar mil cosas y no encuentro ninguna, es como con las ganas de ligar. Cuando estas hecha una mamarracho y no te arreglas, ligas, vas hecha un pincel, ni te miran.
Y vuelvo cargada de todo, de la nueva temporada, y de casi todo de la mugre de las rebajas, que éstas son como con la vida misma hay que coger de todo: lo bueno, lo malo y lo regular: que ya te encargaras de cambiar lo que tú no quieras.
El jueves volviendo de mi últimas compras frecuentes y repetidas, me encuentro con una amiga, que me pregunta:” ¿Qué tal, vienes de las rebajas?” y contesto:” Si pero una pena, ya no quedaba nada, eso sí, mira que jersey cuello cisne ideal bermellón llevo para mi chico.”
Todo el mundo tiene derecho a equivocarse ya mentir , y en las rebajas, como que mas. Ese es el morbo de las rebajas, llegar y arrasar y esa necesidad de sentirte libre y feliz a través del consumo desenfrenado. Como ligar. Igual. Un desenfreno.
PD: Dedicado a mi amiga: «Mersedita por favó.»