Este verano nos vamos Beltrán y yo de vacaciones, que me las merezco, dice, ya ves, este año me ha tocado ser presidenta de la comunidad y me lo he currado, a ver, llevo dos años en paro, aburrida de la vida y me he volcado con el puesto. Ya podría más de uno aprender de mí, que mis actas han sido super curradas, que esto de volcarse con el cargo no está pagado.
Total, ángel mío, me ha querido regalar un mes entero en una urbanización de lujo, nada ordinaria, de lo más cuqui. Él ha fingido una baja laboral para sumar dos días más, se pilló el dedo con la puerta del baño en la oficina y se ha inventado una tendinitis, eso es amor, asi que mis vacaciones las voy a pasar estilo 007 con los espías del seguro cual paparazzi detrás nuestra a ver si le trincan. Qué morbazo.
Con todo este lio llegamos a las 9 de la mañana a Alicante y el apartamento nos lo daban a las 12, eso es amortizar las vacaciones. Como íbamos disfrazados de hipster, enrollados modernos nos metimos del tirón en el bar de la urbanización y con la tostada de jamón brindamos con un Gin Tonic. Cuando llegaron las diez de la noche no éramos personas, éramos despojos. Empalmamos con la barbacoa de bienvenida como ya íbamos calentitos tampoco nos costó mucho integrarnos, lo que nos costó fue echarnos. Con los Gin Tonic y los mojitos cogimos un ciego que acabamos en la piscina todos los alquilados brindando por el amor,es lo que tiene la exaltación de la amistad. La noche acabó fatal, a Beltrán lo sacaron entre dos medio ahogado, y a mí me subieron entre cuatro.
Ahora tengo un problema, y es que conozco al vecindario medio en bolas y no sé quién es quién, a ver, solo los conozco en triquini a ellos y con camisetas a ellas, hubo intercambio de vestuario, un concurso y ya no me acuerdo de nada más. El primer día ha sido duro, hemos bajado a la playa y allí los he visto a todos híper formalitos en sus tumbonas con sus wasp y sus periódicos, y eso no fue lo que yo ví, que tan tiquismiquis no eran.
Total, es lo que tiene el verano, llegas te desinhibes y acabas despelotada el primer día, y resacosa el resto, y ahora tengo un apuro que para qué. He confraternizado con los vecinos más de la cuenta, y nos llaman los estafadores, por lo del seguro, pero bueno a mí qué, en septiembre vuelvo a mi casa y allí sí que tengo poder. Y del bueno.