Hace unos días se presentó en Hotel Palacio de Villapanés los cuatro monovarietales de Roger Goulart en una cata multisensorial. Siempre pienso que lo mejor es aprovechar las oportunidades que te brinda la vida y este era un buen plan. Brindar por lo que nos brindan. Y asi resultó ser.

La historia de Roger Goulart está íntimamente ligada a la historia de las familias Golart y Canals, arraigadas en Sant Esteve Sesrovires. Vinculadas inicialmente a la vida campesina, elaboraban vino para su consumo propio desde 1882. Hasta nuestros días perdura con él En Cavas Roger Goulart el método champenoise de elaboración de Cava y le añadimos largas crianzas para obtener productos de máxima calidad. Actualmente Roger Goulart produce y exporta (a países como Japón) cavas con más de nueve meses de crianza.

Esta cata fue especial ya que se unió la degustación de los cavas con una experiencia multisensorial combinando los cinco sentidos:

 

Empezamos con una con una visita guiada por el exclusivo hotel situado en un palacio del s. XVIII, con señoriales suites de diseño, y un claustro porticado. Así pudimos desarrollar la vista.

El tacto lo comprobamos tocando la misma Tierras del Penedés donde crecen las viñas que darán las uvas con las que se han elaborado estos cuatro cavas. Incluso la misma área puede llegar a dar distintos tipos de tierra: más calcárea, más orgánica o más ferrosa

El olfato y gusto estuvo a cargo del enólogo y director de la cava, Pedro Muñoz.

La experiencia del Oído: fue la que más me sorprendió ya que a cada monovarietal inspiró a Nacho Botonero, saxofonista y a Jesús Maestre, profesor de guitarra, una melodía según sus cualidades organolépticas:

Macabeo: sus notas cítricas recuerdan los aromas de Sevilla, los naranjos. Esto lo tradujeron en una breve pieza de flamenco. Xarello: las notas dulces del cava inspiraron una armonía romántica y tocaron bossa nova Parellada: una armonía clásica y elegante que recuerda al standard de jazz .Chardonnay: las notas a piña de este monovarietal se tradujeron en ritmos caribeños, con inspiración en Cuba

¿El final? Una cata original y diferente donde aprendí que beber un buen cava no es solo beber, sino sentirlo.