Propósitos para después del verano.

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Como todos los finales de verano me vengo arriba de una forma que me transformo en un a todo lo que da. Me explico. Después de un verano ocioso, donde la cabeza me ha dado que pensar más de la cuenta me he propuesto quererlo todo hacer a la vez y quererlo ya. O sea, no hacer nada de lo que me propongo.

Que hay una oferta en el gimnasio del barrio de Zumba y barra intro gastro vaginal  o lo que sea, me apunto. Practicas unos movimientos de lo más sexy y, o sales con el título de estríper y con trabajo seguro o con una baja de cervicales porque el paso cisne sobre el cuello bajando la barandilla no es lo tuyo. Y lo peor, que era oferta trimestral.

Que sacan un fascículo coleccionable, ¡ay si, que recuerdos! que tardas más en reunirlo que pagar tu casa con la tarjeta del ikea tipo: Sellos y billetes de la Segunda Guerra Mundial, Curso práctico de dibujo y pintura estilo punteo, Dibuja manga o Setas ibéricas, igual me da que me da lo mismo, que vas como una posesa al quiosquero y le comes la cabeza para que te lo guarde y al tercer mes pasas de incógnito y te haces la loca cuando vayas a por chicles.

Que quieres potenciar tu autoestima, como propósito invertir, con todo el dolor de tu corazón, en todos los libros de autoayuda, proporcionalmente al gasto que harías para cambiar tu fondo de armario  y, para después salir de copas mezclarlo con el prozac, ponerte voltereta y vuelta atrás  y volver a casa con un tacón en la mano, el otro roto y la cara como un oso panda.

 Como propósito tener las ideas claras ante la vida, y resulta que le quieres cantar las cuarenta al tío nunca más se supo último que te ligaste, y que ha sido el responsable de esa búsqueda intensa del amor en tu wasap creyendo que si encontrabas cobertura en la cala paradisiaca con la que soñabas estabas con él, aumentabas las posibilidades de que te escribieras, y que, para esos están las amigas para recordarte lo patética que eres.

Idiomas, asignatura pendiente donde las haya, que vuelves a esa Escuela de idiomas de siempre y es la quinta vez que pagas la matrícula y resulta q el profesor buenorro de hace cinco años y que te querías ligar, le ha dado tiempo a casarse, tener tres niños, separarse, divorciarse y tener una novia nueva cañona que es la chica de secretaría y es la  que va a cobrar la matricula por sexto año consecutivo

Propósito empezar una dieta. Como gran propósito para no cumplirlo el requisito es prorrogarlo de lunes a lunes y mientras sustituir la dieta por directamente no comer, o meterte el pateo hasta la oficina para llegar deshidratada, desayunar dos barritas bioenergéticas que has robado a tu chico del frigo, y cenar desmayada un menú cuyo principal ingrediente es la celulitis, para después acabar compungida en la cama con un sentimiento de culpabilidad y jurando que empezaras el lunes que viene. Y olvídate que lo más parecido a una comida light para ti es un gin Tonic porque te recuerda a una sopa juliana.

Y colorín colorado estos propósitos se han acabado, y mientras nos queda aferramos a los propósitos del día a día, a esos que estas muy convencida por la noche de cumplirlos y que,  a la mañana siguiente ni te acuerdas. Así somos, imperfectamente perfectas, ¿y cuál es tu propósito?