Vale, muy bien está que, a tu pareja no tengas porque contarle todo ni decirle que tienes doble personalidad; una cuestión es ésta y otra muy distinta la de ser entre semana un hombre ejemplar bien educado y avenido, y otra diferente es sufrir una metamorfosis cuando llega el ansiado fin de semana estival y tu núcleo familiar se marcha de vacaciones y el presunto ser humano sacrificado y devoto al gin tonic se queda en la ciudad trabajando adquiriendo otro rol, para probablemente, más adelante, poder ir él.
Y es que en las grandes ciudades, con la llegada de la época estival aparece en escena una nueva especie autóctona que ha invernado durante una larga época oculta y sale de su letargo para actuar en collera con nocturnidad y alevosía con un único objetivo: atrapar a sus presas… aunque sólo consiguen asustarlas: los Rodríguez, y no, no es un grupo musical.
Son esos hombres que se quedan huérfanos de su núcleo familiar y entran en una especie de hecatombe personal de creerse automáticamente que son los tíos más irresistibles, los más intelectuales, y los más guaperas. Por el amor de dios y por salud medioambiental, señores, cuídense mucho que os tenemos identificados.
Si además sois sota, caballo y rey. Empezando por los estilismos propios, con esas camisas imposibles, que a falta de toque femenino es el yo me lo guiso yo me lo como, con esas rayas mal planchadas que acaban pareciendo curvas en espiral; esas tonalidades flúor cual señalización de carretera o esos estampados ‘animal print’ formando una interacción perfecta con las palmeras del garito en cuestión.
Pero es que además no podemos entender cómo estás tan tranquila con tu amiga tomándote un sorbete inocentemente y llega la collera a interrumpir tu conservación empeñándose en darte consejos sobre bebidas destiladas, el calor que hace o qué mala está la cosa, que para crisis en esos momentos, chato, la mia, y nerviosa. Y es en estos momentos de mi vida cuando una frase se me viene a la cabeza: por qué una chica tan encantadora como yo tengo que soportar estas cosas.
Esas conversaciones extremas que son tan planas como el talón de un pie, basadas en saber nada de nada sobre la vida cotidiana y de lo que sale en la tele, a no ser que, claro, si estos sujetos llevan un coche con un alerón, te hablen de balances y gráficos. ¿Perdona?, he salido para pasar un rato agradable, no para tenerme que auto-medicarme en medio de la noche.
Y colorín colorado esta noche se ha acabado con la pregunta del millón: ¿estáis casadas?, a lo que respondemos “NO”, y ante lo que esta especie estival iluminada ,sentencia : «Si os casarais, podríais dejar de trabajar y estaríais en vuestras casas hechas unas señoras». Es en este punto cuando pienso que algunos hombres pueden ser nuestros peores enemigos
Lo que si os digo es una cosa que tengo muy clara. ¿Qué sería un verano sin los rodriguez, los gin tonic y un buen …()… resfriado del aire acondicionado? Y el orden es lo de menos. Sed felices y menos buenos.
Dedicado a Los Rodriguez y sus conquistas. Sin ellos el verano en la ciudad seria como un pastel sin guinda.
Sigueme en @nomentiendas y fan page https://www.facebook.com/home.php#!/silviadecarrionblog?fref=ts
Fotografiasfbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net// sassyecards.com
Que arte tienes.
Ciertamente estás que te sales, no se le puede sacar más jugo a una especie que no estará en vías de extinción mientras haya verano, núcleo familiar de veraneo y presas en la ciudad. Esas colleras que se ve a leguas dan vidilla a las noches de calor y tú con tus comentarios le das el toque perfecto para mostrarlos como la guinda del pastel. Enhorabuena de nuevo guapa.
De veras que me parto de risa,conozco a varios de esa especie,muy bueno.