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¿Somos las féminas el espíritu de la contradicción? A ver ,te lo pregunto o no te lo pregunto.

No es por autocriticar, pero es que hay a veces que esa frase “No hay quien os entienda “se queda corta, pero es que motivos no faltan, es lo único cierto que se.

Una cosa que nos encanta es la sinceridad. Pero algunas veces podrían mentirnos un poco, o ¿cuantas veces has llamado a una amiga desconsoladamente al enterarte por ejemplo de una infidelidad? :“Pura me he enterado de esto, y va el tío en toda mi cara y me dice que sí.” Y tu amiga, atónita, te pregunta “¿que querías que te dijera, si es verdad “? Y una tan pancha responde. ¿Qué me mienta hasta que me haga a la idea”. Y eso es así. Nos gustan las verdades pero a veces preferimos que nos mientan.

Otra gran contradicción femenina, y esta no me la podéis discutir, no nos gustan los hombres buenos. Nos ponen los malos. Y si no a cuento de que existe un sueño en toda mujer que es conquistar a un mujeriego para transformarlo en un hombre de familia. Y un cuerno. Porque ya cuando lo consigues, te puedo asegurar que si pudieras dejar a ese maravilloso hombre de familia para conquistar a otro mujeriego, lo harías. Necesitamos amor y estabilidad y sentimos repulsión por un hombre que se haga devoto nuestro: “Como me gusta fulanito de tal, pero es que es tan bueno”. Incomprensible pero cierto.

Nos sentimos muy realizadas cuando comenzamos una dieta terminal tipo dos manzanas y un té verde, porque si tu amiga puede tú también puedes hacerlo, para ir a una acontecimiento importante  y comer como una piraña fuera de control y desatada durante toda la fiesta en cuestión. En menos de una hora has pasado de ser la más delgada del universo a sentir verdadero asco de ti misma, comiendo por comer porque es que encima se come sin hambre. Somos capaces de decir las modelos son demasiados delgadas mientras que damos tumbos por estar tres días seguidos a piña.

Pero el plato fuerte de las autenticas contradicciones  son las discusiones sentimentales. Somos capaces de gritar furiosa y llorar desconsoladamente a la vez durante la misma discusión e incluso, si me apuras ellos, tienen que adivinar lo cabreada o triste que esta una misma en cuestión sin haberles contado nada. O no te ha pasado que de repente un día, tan tranquilos te viene a la mente el día que centrifugo tu prenda preferida en la lavadora y le formas una bronca monumental.

Y si, la vida está llena de contradicciones, y por eso dicen que las mujeres necesitamos nacer  con un libro de instrucciones debajo del brazo, pero la cuestión es ¿saben los hombres leerlo?

Por cierto me he llevado todo el año diciendo que celebrar el aniversario es una auténtica estupidez, pues ya me estoy empezando a cabrear de pensar que va a llegar la fecha y se le olvida. Al tiempo.