Si conoces a un tio y a las dos semanas le cuelas el cepillo de dientes en su baño: error. Pero si encima no se lo dices e intentas tangarte y lo descubre el mismo: Gran error. Hay cosas, que no es que no se deban hacer: es que, nuestra consciencia humana las debería prohibir por el bien de una misma.
Es como esa horterada de las citas a ciegas, que son eso, cita a ciegas porque si de verdad fuéramos conscientes del daño que puede ocasionar en nuestra dignidad no acudiríamos, y nunca mejor dicho, no es más ciego que el que no quiere ver.
Ahora centrándonos, hay unas reglas esenciales que hacen que un rollo no dure más de una semana, porque los tíos salen huyendo cual Ñu despavorido.
– Ponerte a hablar en las primeras citas como una loca, sin parar de comer y enseñándole las 1567 fotos de 2000 que hiciste en la fiesta del colegio del hijo de tu mejor amiga. La cena acabara antes del primer plato.
– Si aun no has tenido suficiente, pregúntale si esta gorda, si te queda bien los vaqueros y si le gustan tus zapatos o si deberías cambiar de peinado, lo mismo me da que me da lo mismo, porque te aseguro que daría su vida por ser el hombre invisible.
– Acúsale de querer ligar con la camarera buenorra ,la de las tetas apretadas, que sí, que el pobre las ha mirado, pero que analiza la situación, tú también. Por supuesto en esta situación no se te olvide que es muy importante para que el chavalito no te vuelva a llamar nunca más, preguntarle que quien está mejor ,ella que usa una 95 o tú, que con relleno no llegas a la 70. Es obvio. Ahórrate en disgustos.
– Por supuesto súper importante, si el pre-ligue es tipo transcendental y te pregunta cómo te imaginas tu futuro no le sueltes ,sin anestesias, que con él, casada, rodeada de niños en una casita adosada y cinco perros; porque sería muy normal que te dijera: “Voy a por tabaco, y ahora vuelvo”. El resto de cómo acaba esta historia la conocemos.
– Una cosa que no falla: Referirte a él como mi novio, mi chico, gordi o cualquier sucedáneo, aquí también se incluyen diminutivos de nombres y alteraciones gramaticales, tipo Borji de Borja, o ratita de Miguel o da igual como se llame. ¿Ratita? yo también huiría.
– Y para conclusión y de las más importantes, si habéis tenido una pequeña bronca pero sin importancia, nada más que llegues a tu casa, llámale. Y si no te devuelve la llamada, llámale otra vez. Esto simultanéalo con wassap. El que no vuelvas a saber nada de él está asegurado.
Asi que, ni rollos en la primera noche, ni neceser camuflado al tercer día, ni ocupar cajones de la cómoda ,ni cotilleos estresados cual Hércules Poirot por su casa. Porque le darás miedo y pavor. Y ellos no son como nosotras, ellos se asustan con cualquier cosa, y son unos exagerados, porque, total dos muditas de nada en casa ajena el segundo día de ligártelo no le hacen mal a nadie. ¿O sí?
¡Contadme¡
JAJAJA, me ha encantado… y la última regla… de libro!!
Ya se echaban de menos los post de «no me entiendas».
PD: Yo creo que lo mejor va a ser no tener ningún rollo… 😉
Para mí lo peor es cuando se da el caso al revés y se te instala el inquilino en casa sin darte cuenta.
Las cosas claras desde el principio. Como decía mi madre: Más vale una «colorá» que ciento amarilla.
Un beso rubia guapa, genial como siempre.
Muuuuaaacks
Bien silvia bien, a ver si enseñas algo a todas.
Genial como siempre!!!! no puedes tener más razón en toooodo….y estoy con Ana, lo mejor va a ser no tener ningún rollo…..
jajajajajajajaja geniallllll
y genial el relato en South Chic!! jajajajaja me he muerto de la risa. Qué bien lo has contado… jajajajajajajaja me acuerdo y me meo.
un beso REINA HERMOSA DE LA BELLEZA, coño.
Una mudita de más nunca está de menos. 😉